lunes, 15 de noviembre de 2010

Señor, ¡que vea!


Jesús cura a un ciego que mendigaba en el camino. El Señor lo cura después de la insistencia del invidente. La clave para que Jesús nos conceda la gracia que le pedimos es la fe. La fe, que consiste en una actitud de confianza plena en su persona. Antes de creer que Él pueda darnos lo que necesitamos, hemos de creer en su existencia, como una persona real, que está vivo. Parece obvio, ¿verdad?

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